El maracayero se convirtió el lunes en el cuarto segunda base en la historia de Houston que roba 25 bases en una temporada
José Altuve ha sido el único punto brillante de la gris versión de los Astros en 2012. Subestimado por muchos, en apenas su primer año completo en las mayores, se ha convertido en el ejemplo de lo que necesita el equipo texano para pensar en un mejor futuro y aspirar a ser competitivo a mediano plazo.
El lunes, sin mucho ruido, el diminuto maracayero volvió a reclamar el derecho de ser considerado el mejor jugador de los siderales en la temporada.
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